lunes, 24 de septiembre de 2012

EL CARRO DE LA LEJÍA. 24 de septiembre 2012. Comienza la semana con otro terrorismo de Estado: el ideológico, que se superpone al económico, invadiendo agresivamente el campo educativo. He sido educador desde los años 70 y, creedme, la nuevas disposiciones del sonriente ministro Wert me producen sonrojo; ni entonces la actividad educativo, con todas sus carencias, tenía tanto polvo y polilla como ahora quieren inyectarle. Ahora se amparan en la crisis económica –ese exitoso invento de unas mentes maquiavélicas que quieren el poder universal imponiéndonos el miedo paralizante-. Esa es la excusa, porque ni el mayor florecimiento económico daría un tan mínimo de cordura y modernidad a lo que para ese curso académico nos obligan. No conozco a ningún miembro –inteligente- de la comunidad educativo que esté contento, que no esté irritado; es la peor disposición para educar, por supuesto. Mientras, la oposición está prácticamente muda, o catatónica, ante esta nueva morfina del espíritu, lamiéndose las heridas internas con lenguas mutiladas. Oigo a Rubalcaba hablar de un estado federal: un deseo. A buenas horas, mangas verdes; el Estado federal tuvo que hacerse cuando se creó el Estado de las autonomías, un quiero y no puedo de lo que debió ser el reparto político-económico de España. De haberlo hecho se hubieran evitado muchos ratos amargos en el País Vasco y no estaríamos ahora viviendo las aspiraciones quejosas y mohosas de Cataluña. Por cierto, ¿no les parece Artur Mas un cowboy con gafas del antiguo Oeste? ¿Todavía no se ha enterado esta sociedad que los nacionalismos son un invento burgués contra el pueblo llano? ¿O lo saben demasiado bien?

No hay comentarios:

Publicar un comentario