miércoles, 3 de octubre de 2012

EL CARRO DE LA LEJÍA. 3 de octubre 2012-10-01 “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”; frase si es o no es del Quijote, nos trae la imagen de este “quijote” gallego que dicen que gobierna (¿); antiquijote diría yo, porque éste no defiende a los menesterosos, más bien al contrario, los arroja a la zanja oscura de las necesidades, las preocupaciones, los recortes y las angustias. En los últimos presupuestos generales, a la Iglesia no se le ha reducido ni un céntimo la asignación; compárese con las reducciones en sanidad y educación. Habrá que pensar que la Iglesia no es de este mundo, que es transparente, que está por encima del bien y del mal, que la dirigen unos hombres dotados de las mayores virtudes, esforzados por conseguir el bienestar de los humanos, ejercitadores esos individuos de la caridad a diestro y siniestro; mano izquierda no les falta, por supuesto. Pues parece que no; a pesar de la enorme crisis la Iglesia sigue en sus trece de ingresos abundantes a costa de los españoles, seamos o no católicos. Y el Estado contribuye a ello con el mayor desparpajo. No acaban aquí sus beneficios; mientras los ayuntamientos están subiendo el IBI a los propietarios de viviendas y edificios, algunos de manera desmesurada, con un afán recaudatorio propio de los avaros más recalcitrantes, a la Iglesia se le libera de este penoso asunto. Imagino que, al menos, aumentarán nuestras indulgencias al ritmo que aumentan los caudales de la Iglesia. Cosas de la fe, seguro.

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