miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL CARRO DE LA LEJÍA, 12.12.12 Gao Ping “el intocable” en la calle por el error (¡ja!) de un juez; cuando un juez se equivoca, ¿quién le juzga?: impunidad. A los directivos de cajas de ahorros que derrocharon dinero en beneficio propio y se van de rositas con inmensas indemnizaciones, ¿quién les juzga?: impunidad. A los directivos de cajas de ahorros que dejaron las cajas de la cajas hechas unos zorros (Bankia, Caixa Galicia, Cam…), mintieron en el ofrecimiento de beneficios a gente humilde, y nos cuesta a todos pagar su mala gestión y a ellos asumir nuevos y mejores nombramientos, ¿quién les juzga?: impunidad. A la alcaldesa de Madrid y su equipo por sus espectaculares errores en el caso Madrid Arena, denunciada ella por homicidio imprudente ¿quién les juzga?: impunidad. A los políticos, más del PP que de otros partidos, cuando se descubren sus chanchullos, metidas de mano en las arcas públicas, cobros ilegales, nombramientos a dedo y otros desvíos, ¿quién les juzga?: impunidad. A los políticos que dictan normas sin ejercicio democrático, para el retroceso del país en educación, cultura, sanidad…, ¿quién les juzga?: impunidad. A los directivos de fútbol, escapistas negándose a ofrecer cuentas claras, ¿quién les juzga?: impunidad. A los que sacan el dinero a espuertas del país, evaden, habitan en paraísos fiscales, no cumplen con sus obligaciones fiscales, ¿quién les juzga?: impunidad. A los que recibieron enormes subvenciones públicas por compromisos que no cumplieron, andan sueltos, y adinerados, como si la cosa no fuera con ellos, ¿quién les juzga?: impunidad. A los ayuntamientos que no se cansan de recaudar, recaudar, recaudar sin término y sin justificación muchas veces (yo también soy una víctima) contra el bienestar de los ciudadanos, quién les juzga?: impunidad. A los adivinadores del porvenir que actúan en cadenas de televisión, con toda la apariencia de ilegalidad, cambiando sus sintonías, y que ofrecen el oro y el moro, dicen verdaderas barbaridades sin ningún fundamento, dilatan sus respuestas para ganar con la demora de sus conexiones y a las que nadie controla la verdad de sus adivinaciones, ¿quién les exige un comportamiento mínimamente ético, que ahora pueden causar mucho daño a los indefensos consultantes, ¿quién les juzga?: impunidad. A las grandes empresas que obligan al uso de números iniciados por 902 a extraños y, sobre todo, a clientes, ¿quién les juzga?: impunidad. A quienes conceden indultos (más de 200 a condenados por prevaricación y privatización de dinero público) sin criterio ¿quién les juzga?: impunidad. A Santiago Calatrava, experto en puentes, que ha tendido uno hasta Suiza para evitar el fisco sobre sus ingresos, buena parte de ellos conseguidos por construcciones y proyectos (algunos no realizados) concedidos en España, ¿quién le juzgará?: impunidad. A toda esta “pléyade” del gobierno que miente más que habla y que eso le hace gobierno ilegítimo, que argumenta con los votos y no con sentimiento democrático ¿quién la juzgará?: impunidad. A los policías que dejaron sin un ojo a una manifestante en la huelga general, mintieron en el relato de los hechos culpando a indefensos, y que un vídeo ha dejado con el culo al aire reconociendo su culpabilidad y cumplimiento delictivo ¿quién les juzgará? ¿Un indulto como en casos precedentes?: impunidad. Y un suma y sigue interminable. ¿Qué palabra resalta en este escrito? La misma que resalta en la vida pública del país: impunidad, impunidad, impunidad… Pero a los que les toca resolver esta plaga no hacen nada porque se podrían ver implicados en la desinsectación. ¿Por eso quieren reforzar la ética en la educación? ¿Ética besando la mano de la iglesia católica compañera?¿Tanta humildad les cabe a quienes muestran permanente arrogante actitud y desprecio hacia el pueblo?¿O sólo piensan en la ética de los otros? PABLO DEL BARCO

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