martes, 16 de agosto de 2016

EL CARRO DE LA LEJÍA, 16.08.2016

Dos pistoleros frente a frente

No entiendo las vueltas que ha dado el lídersuperlíderúnicolíder de Ciudadanos para, finalmente, ponerse de acuerdo con el otro lídersuperlíderúnicolíder del PP, su excelencia el dilatador de esperas, que dice que hay urgencia para formar gobierno y se va de vacaciones. Aquí va todo así de disparatado. Hoy el hueco que deja el desdibujado ministro de Sanidad, Sr. Alonso, lo ocupa Fátima Báez, desastrosa, inútil ministra de trabajo en mi opinión. Lo decía Valle Inclán: en este país se premia a los más torpes. Los trabajadores de este país son los que han pagado el pato de la crisis. Claro que con esta ministra, acostumbrada por familia a desplumar aves en su cortijo industrial de Huelva, no puede esperarse mucho más.
El líder de Ciudadanos se parece mucho al líder del PP; los dos comandan partidos con una lideranza  omnímoda, absoluta, sin otros líderes próximos que les quiten nombre y poder. A mí me causa risa las miradas de adoración de los próximos a Rajoy, cercanas al amor más amoroso. ¡Ay, los ojitos que le pone la Cospedal a su lado. La actitud de Rafael Hernando, el portavoz del PP, ofreciendo risitas y cabezazos cada vez que el Jefe habla en el Congreso son para una antología del ridículo. Pero bueno, ya sabemos que lamer culos da buenos resultados y, una vez obtenidos, permite ser chistoso y maleducado; estilo Hernando, por ejemplo.
Otro estilo es el de Ana Pastor, la exministra que ha llegado al desaparecimiento, mayor que en su puesto de ministra, por amor al Jefe Rajoy. Desde su nombramiento como Presidenta de las Cortes no se le conoce actividad alguna; ha batido todos los records de inanidad, inutilidad, inactividad. Cuando le preguntan por qué no da fechas para la celebración de la investidura contesta con una cara que evidencia no ser responsable del asunto: “Seguimos trabajando, seguimos trabajando…”, pero, la voz de su amo, aguanta estoica y nerviosa, por amor.
De Rajoy a Albert Rivera hay una escasa distancia en sus palabras, de escaso valor. De Rajoy sabemos que miente sin piedad desde tiempos políticos inmemorables. Rivera se ha hartado diciendo con aire serio que no quería saber nada de Rajoy, que nunca le votaría. Ahora empieza a desdecirse sin el mínimo rubor, buscando justificaciones sin sentido. Lo que evidencia es que Rivera quiere ser un Rajoy sin Rajoy; sigue de cerca sus pasos, con un aparente gesto de oposición y honorabilidad. Honorable no está demostrando ser porque quien no tiene palabra no tiene ética, por muchos atajos que se busquen y se acuda a presuntos méritos de necesidad política. Alguien bautizó a Rivera de Cantinflas y no le faltaba razón, por su escasa seriedad, por su habla alborotada y sin sentido, por su aparentar decir lo que no dice y ser lo que no es.  Voy a repasar la filmografía del cómico mexicano y les cuento en próxima entrega, aunque no solo es comparable la actitud del líder de Ciudadanos con comicidades y cómicos. Ya tenemos un cómico senador y, por lo que observamos, muchos senadores cómicos; no se entendería si no que estemos sin gobierno después de tanto tiempo, y cobrando sus señorías; más que humor es una broma del peor estilo, sin la menor gracia, en funciones muy bien pagadas por todos los españoles.


                                               PABLO DEL BARCO

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